Intercambio escolar con Killebäckskolan, en Södra Sandby, LUND, Suecia

 Hacía años que no acompañaba a un grupo de alumnos y alumnas a tener una experiencia Erasmus Plus. Trabajaba yo en otro centro y viajábamos a otro país: Noruega. Vino un cambio de centro, un cambio de proyecto, y una pandemia que nadie esperaba. Afortunadamente, tras los peores momentos vividos, y con un quehacer sin descanso, nuestro centro fue acreditado en el programa Erasmus plus scholar. El nuevo curso escolar empezó con una nuevo equipo Erasmus+ y nuevos proyectos.

Ha sido un trabajo muy duro y muy intenso por parte de las compañeras, y ¿por qué no decirlo también? Muy complicado en tanto en cuanto hubo que organizar un proceso selectivo.

Qué agradecida a la vida, a Europa y a mi alumnado seleccionado, porque me ha devuelto la ilusión y las ganas por asumir la responsabilidad de acompañar a mis adolescentes a vivir su primera experiencia Erasmus, y además regresando a zona nórdica. ¡Viajamos a Escandinavia! El programa ha brindado a un grupo de alumnos y alumnas que superaron el proceso selectivo la oportunidad de vivir una experiencia enriquecedora en Lund, Suecia, un país conocido por su excelente sistema educativo y su enfoque innovador en la enseñanza.

En este artículo, brevemente quiero analizar la experiencia vivida por parte del alumnado en Suecia, sin dejar atrás la oportunidad que nos brindaron tanto a mi compañera Laura Fernández-Borrella, miembro del Equipo Erasmus Plus del IES Al-Qázeres, como a mi misma, para realizar un job-shadowing, es decir una observación de prácticas docentes. Puedo anticipar que esta experiencia ha tenido un gran impacto tanto en el desarrollo académico, como en el desarrollo personal por partes iguales en nuestros alumnos y alumnas participantes y en las dos profesoras que les acompañamos con la mochila cargada de ilusión y responsabilidad.

El grupo de alumnos y alumnas era muy diverso, de tres clases diferentes de 3º de ESO,  viajó a Suecia para participar en un programa de intercambio educativo y social. La experiencia por tanto ha tenido una carga emocional muy importante, porque nuestros alumnos y alumnas han sido  generosamente acogidos en las familias suecas, de las que hablaban en términos de “mi hermana, la sueca” o “mi madre sueca”. Esta terminología lleva una importante carga emocional. ¡Qué mejor resumen! Durante su estancia, tuvieron la oportunidad no solo sumergirse en la cultura y el sistema educativo sueco a través de su asistencia a las clases, sino también de desarrollarse como personas,  ampliar su círculo y su horizonte de expectativas, adaptarse a unas nuevas costumbres y respetar las diferencias. Todo ello aderezado con el disfrute de la experiencia, el fomento de su autonomía persona, su autoetima y el sentido de la responsabilidad. Además nuestro alumnado participó activamente en actividades extraescolares, eventos culturales y de ocio que les permitió relacionarse estupendamente con el alumnado sueco en cualquiera de los escenarios: escolar, extra-escolar y en el familiar. Esto les brindó una perspectiva más amplia de la vida en Suecia y les permitió sumergirse en la cultura local para  disfrutarla y sorprenderse gratamente con las diferencias.

Tanto mi compañera Laura como yo hemos podido observar las prácticas docentes y aprender de primera mano cómo se lleva a cabo la enseñanza en este país escandinavo gracias a nuestro centro de acogido, su equipo directivo y más en particular las profesoras de español, Marina García Santos y Mette Herbst sin las cuales este sueño cumplido no habría sido posible. Una de las características más destacadas de las prácticas docentes observadas fue el enfoque centrado en el estudiante. El profesorado fomenta la participación activa de los alumnos, promoviendo el pensamiento crítico y la creatividad a través de materias que no existen en España como por ejemplo, economía doméstica. Pudimos presenciar también cómo el profesorado allí utilizaba métodos de enseñanza interactivos que implicaban directamente el uso de tecnología educativa. Esta experiencia en mi opinión nos ha les brindado, tanto a Laura como a mi, una perspectiva única sobre cómo se trabaja en otro país. Pudimos además establecer una comparativa con el sistema Finlandés, ya que anteriormente habíamos trabajado en un job shadowing juntas en la ciudad finlandesa de Somero. Nos llevamos en nuestro portfolio educativo, ideas de ambos sistemas que hemos empezado a implementar durante el último tercio del presente curso académico pero que con total seguridad compartiremos con nuestros compañeros y compañeras para continuar ampliando e implementando durante el próximo curso escolar.

Estas dos experiencias erasmus job-shadowing nos han proporcionado una inmersión en los sistemas educativos de estos dos países y nos ha permitido comparar y contrastar con nuestro propio sistema, lo que ha generado en ambas una profunda reflexión crítica sobre las fortalezas y debilidades de cada uno de los tres sistemas, debate muy interesante a nivel profesional.

Pero además de todo lo mencionado, esta segunda oportunidad, Erasmus + Scholar, nos ha brindado una experiencia muy humana, un contacto muy estrecho con nuestros alumnos y alumnas, casi familiar, pues era mucha la responsabilidad que llevábamos consigo y quisimos cuidarles como si fueran nuestros propios hijos e hijas.

Para acabar, Suecia ha marcado un antes y un después en la vida de nuestro alumnado participante y eso nos emociona a las dos profesoras que hemos participado. Ha sido una experiencia altamente enriquecedora de la cual serán partícipes más alumnos y alumnas el curso que viene cuando nos concedan las movilidades que esperamos.

Todo mi agradecimiento al trabajo del equipo Erasmus + del centro por asumir la organización y gestión de un programa tan gigantesco como es Eramus+,  y que es, y seguirá siendo una iniciativa invaluable para promover la internacionalización de la educación y el intercambio cultural y de conocimientos entre países, para promover el respeto, y potenciar la apertura mental y crecimiento personal de nuestros jóvenes.